Comidas típicas de Brasil: AÇAÍ
- Portugués para Hispanos
- 4 de dez. de 2018
- 2 min de leitura

Açaí (azaí) es una fruta nativa de Amazonia, específicamente de los siguientes países: Venezuela, Colombia, Ecuador, Guayanas, y el norte de Brasil (Amazonas, Amapá, Pará, Maranhão, Rondônia, Acre y Tocantins). Brasil es el mayor productor de açaí, responsable por cerca de un 90% de la producción mundial. Es muy consumido en forma de bebidas, helados y dulces.
En el norte de Brasil, el açaí es consumido tradicionalmente con harina de yuca, generalmente helado, y con pescado o camarón (gamba).

En las regiones sur, sureste y centro-oeste, el açaí es dulce, preparado con pulpa congelada y jarabe de guaraná, generando un engrudo semejante a un helado, que aún se suele añadir complementos, como leche en polvo, frutas, cereales, y hasta leche condensada.

El açaí es conocido por sus beneficios a la salud. Dicen que proporciona mucha fibra, un nivel energético más alto y mejora la vida sexual, digestión, salud cutánea, salud cardíaca, sueño e incluso disminuye los niveles de colesterol. Además, le atribuyen propiedades adelgazantes.
Origen popular
De acuerdo con el folclore brasilero, existía una tribu indígena muy numerosa donde hoy se encuentra la Ciudad de Belém. Como los alimentos estaban escasos, era difícil conseguir comida para toda la tribu. Entonces, el cacique Itaki tomó una decisión muy cruel. Resolvió que, a partir de aquel día, todas los niños recién nacidos serían sacrificados para evitar el aumento de la población en aquella tribu de la selva. Hasta que un día la hija del cacique, llamada Iaçá, dio a luz a una niña que también debía ser sacrificada. Iaçá entró en desesperación, lloraba todas las noches con añoranzas y vacío en el corazón. Estuvo varios días encerrada en su oca y pidió a Tupã que le mostrara a su padre otra manera de ayudar al pueblo, sin el sacrificio de los niños. Cierta noche de luna, Iaçá escucho el llanto de un niño. Se acercó a la puerta de su oca y vio a su hija sonriente al pie de una gran palmera. Se dirigió en dirección a su hija, abrazándola. Pero, misteriosamente, su hija desapareció. Iaçá, inconsolable, lloró mucho hasta morir. Al día siguiente, su cuerpo fue encontrado abrazado al tronco de la palmera. Pero al observar su rostro, tenía aún, una sonrisa de felicidad. Sus ojos estaban en dirección a lo alto de la palmera, que se encontraba cargada de frutos pequeños y oscuros. Itaki, entonces, mando a que se golpearan aquellos frutos, obteniendo un vino rojizo que bautizó de Açaí ("Iaçá" invertido), en homenaje a su hija. Alimento a su pueblo y a partir de ese día, suspendió la orden de sacrificar niños.
Comments